Me encontré con una vivienda autoconstruida del año 1984, que se edificó al menos en dos fases.
El reto era mayúsculo. Convertir una deficiente construcción en una vivienda saludable, confortable, eficiente energéticamente y con un diseño actual.
En un contexto deslavazado, la edificación era la última de este lado de la calle de una larga ristra de parcelas pequeñas edificadas, de tal forma que se constituía en el límite o terminación de lo construido dando paso a una zona natural hacia el sur. También hacia su parte trasera, donde se advierte la rotunda presencia de la montaña y su pinar.
Así, la orientación sur conecta con la naturaleza inmediata, mientras que las vistas lejanas hacia el norte conectan con el barrio y la ciudad. Todo ello así se considerará en la distribución de los espacios y en su relación con el exterior.
Por otro lado, en cuanto a la parte técnica, adquirí el compromiso de no quedarme en la superficie. La rehabilitación debía resolver tareas como la de crear un ambiente interior saludable y confortable, así como la consecución de una edificación eficiente energéticamente, incluso yendo más allá del mero cumplimiento de la normativa vigente. Comencé como siempre con la implementación de estrategias bioclimáticas y sostenibles. Mas tarde, aproveché mis conocimientos en la aplicación del estándar Passivhaus para introducir algunas medidas propias del mismo.
La casa era oscura y muy compartimentada, con huecos pequeños en fachada y sin un gran espacio interior.
A nivel patológico la vivienda presentaba humedades en su parte baja, deficiencias en el diseño estructural, corrosión de armaduras en el forjado de cubiertas, desconchones, irregularidades y cambio de color en el revestimiento exterior, e incluso me encontré que la planta baja carecía de cualquier tipo de forjado o solera. Increíblemente la solería estaba dispuesta directamente sobre el terreno. Realmente ese era el nivel al que me enfrentaba.
Como siempre el presupuesto era ajustado, así que aplicamos de inmediato la sostenibilidad económica a la vez que medio ambiental, procurando el aprovechamiento de todo lo que pudiéramos mantener. Esto fue una constante durante toda la obra.
En ese sentido, se mantuvo casi la misma distribución en planta alta, tan solo rediseñando la estancia destinada al dormitorio principal con vestidor y baño, y abriendo al pasillo una de las estancias con un uso flexible y adaptable. Esto consiguió que la sensación de estrechez que aquel largo corredor desapareciera al acortar significativamente su longitud.
Sería en la planta baja donde encontraría la oportunidad para ese gran espacio necesario, diáfano y flexible dedicado al uso de salón-comedor. Una sala al fondo, con una gran apertura de puertas correderas, propiciará la ampliación del salón en las ocasiones que se requiera, mientras otro gran hueco lateral prolonga el espacio sin interrupción hacia una amplia cocina.
Con estas medidas la mejora de la calidad espacial es evidente. Tan solo faltaría proporcionarle una adecuada iluminación.
Una vez posicionado la mayor parte de las estancias vivideras hacia el sur como estrategia bioclimática esencial, ya solo hay que abrir grandes huecos y dejar que el control solar que ejercen las celosías exteriores y los estores interiores terminen de hacer el trabajo en otra estrategia bioclimática más, donde se propicia una captación solar en invierno y una protección solar en verano, forjando un diseño de celosía mediante la aplicación de cartas estereográficas y el desarrollo del climograma del bienestar adaptado basado en el diagrama de Olgyay.
Confort térmico y acústico.
Se mejora la envolvente térmica con la introducción de aislamiento, insuflando lana mineral en las generosas cámaras de aire de sus cerramientos, instalando ventanas de altas prestaciones, aislando del terreno la planta baja y del aire exterior la cubierta y tratando algunos puentes térmicos. También se trabajó para mejorar su hermeticidad.
Calidad del aire y salud.
Se instala un sistema de ventilación de aire filtrado y con recuperador de calor de alta eficiencia. Además, se posibilita la ventilación cruzada.
Eficiencia energética.
Además del aislamiento de la envolvente, la instalación de ventanas de altas prestaciones y el aprovechamiento de la luz natural y su control, todo ello ya comentado, se instala un sistema de aerotermia de alta eficiencia para el agua caliente (ACS), electrodomésticos de alta eficiencia, iluminación mediante lámparas de bajo consumo, además de la previsión de la instalación de placas fotovoltaicas.
Todo ello consigue que la edificación pase de una calificación energética E a B.
Medidas Passivhaus
La aplicación de algunas medidas propias del Passivhaus, se concreta en la instalación del sistema de ventilación de alta eficiencia, las ventanas de altas prestaciones y su tratamiento perimetral hermético, o el trabajo para minorar el efecto de algunos puentes térmicos.