VENTAJA ALTA

Me encontré con una vivienda autoconstruida del año 1984, que se edificó al menos en dos fases.
El reto era mayúsculo. Convertir una deficiente construcción en una vivienda saludable, confortable, eficiente energéticamente y con un diseño actual.

En un contexto deslavazado, la edificación era la última de este lado de la calle de una larga ristra de parcelas pequeñas edificadas, de tal forma que se constituía en el límite o terminación de lo construido dando paso a una zona natural hacia el sur. También hacia su parte trasera, donde se advierte la rotunda presencia de la montaña y su pinar.
Así, la orientación sur conecta con la naturaleza inmediata, mientras que las vistas lejanas hacia el norte conectan con el barrio y la ciudad. Todo ello así se considerará en la distribución de los espacios y en su relación con el exterior.

Por otro lado, en cuanto a la parte técnica, adquirí el compromiso de no quedarme en la superficie. La rehabilitación debía resolver tareas como la de crear un ambiente interior saludable y confortable, así como la consecución de una edificación eficiente energéticamente, incluso yendo más allá del mero cumplimiento de la normativa vigente. Comencé como siempre con la implementación de estrategias bioclimáticas y sostenibles. Mas tarde, aproveché mis conocimientos en la aplicación del estándar Passivhaus para introducir algunas medidas propias del mismo.